Cuando iba al colegio, un profesor insistió en decirme que era de letras porque no entendía las matemáticas. Me lo repitió tantas veces, que me lo creí. Esa niña de 8 años que quería ser médico acabó dando muchas vueltas.
Nunca fui buena estudiante. La ESO se me complicó, después empecé bachillerato con la idea de hacer Traducción, Filolofía o Periodismo. Abandoné por problemas de salud, y menos mal.
Uno de mis hobbies es la fotografía, así que hice una FP de fotografía. Ahí comenzó mi andadura con las FP. Ese mismo año, mi abuela falleció, y tras 11 días a los pies de su cama en el hospital, descubrí mi vocación: cuidar. Hice TAPSD, luego Ed. Infantil (que abandoné por salud), TCAE y, finalmente, elegí Laboratorio. No me equivoqué.
En primero, dudé y quise abandonar muchas veces. Cerré apuntes llorando, sintiéndome fuera de lugar. ¿Qué hacía alguien de letras estudiando una asignatura como Biología Molecular y Citogenética? Segundo también ha sido duro y he pensado también muchas veces que no estaba en el lugar correcto.
Convivo con el Síndrome de la Impostora, pensando que no puedo, que no sé, que no valgo. ¿Y sabes? Que le den. Puedo, sé, valgo y soy suficiente. Y lo he demostrado.
Estos meses han sido una montaña rusa. Las prácticas, el transporte, las obligaciones, el estrés, el no comer, el proyecto... Caí enferma muchas veces, hasta que no pude más. La fobia social reapareció y estuve a punto de abandonar a 2 semanas de acabar las prácticas. Pero no me dejaron.
Hoy, puedo decir que soy Técnico Superior en Laboratorio Clínico y Biomédico.
Ojalá poder decirle a mi yo del pasado que puede ser lo que quiera, pedirle perdón por no confiar, por sabotear sus sueños y permitir que la Impostora gane.
A esa María de 8 años... Fliparía al ver que, aunque no somos médicos, llevamos bata blanca y salvaremos vidas.
Mira dónde estamos, María. Claro que pudimos. Y esto sólo acaba de empezar. ✨
.
.
#elartedecuidar #laboratorioclinico #laboratorioclinicoybiomedico