Todavía estoy conmocionado tras los dos conciertos en Madrid. Ha sido un fin de gira soñado y me faltan palabras para mostrar realmente mi agradecimiento a las personas involucradas. Comenzamos esta serie de conciertos felices y hemos llegado al final del viaje más felices todavía. Hemos recibido muchísimo cariño, respeto y emoción durante los últimos meses. Hablo en nombre de mi banda y de mi equipo. Había gente llorando por todos lados en el camerino antes y después de los últimos shows. Me siento muy orgulloso de cada una de estas personas. Máxima generosidad, calidad humana y compromiso. El nivel artístico y técnico que han mostrado ha sido altísimo. Gracias a ellos sigo pensando un par de días después que me han regalado la gira más especial de mi trayectoria. No veo el momento de volverme a reunir con Toni, Jacob, Edu y Raúl para hacer nueva música juntos. Me siento con el depósito lleno. Ha sido inspirador verles realizar su oficio. Hemos tenido también unos invitados excepcionales. He vuelto a rockear con mi maestro Carlos Raya como si no hubiera pasado la pila de años que han pasado desde que lo hicimos por última vez. Vaya viaje. Sigo flipando con el talento y la verdadera hermandad que siento con César Pop cada vez que hacemos música juntos. La elegancia suprema del gran Álex Serrano con su trompeta mágica. Los tres subiéndose a un tren en marcha en el último momento y parecía que habían hecho toda la gira con nosotros. He paseado por Madrid el domingo por la tarde escuchando el último disco de John Moreland, intentando bajar suavemente del estado nebuloso en el que todavía me encuentro. Sinceramente agradecido por contar con un público tan leal y constante durante estos últimos 25 años que cierra los ojos mientras canta mis canciones y que como dije en el concierto, me ha permitido tener una buena vida...
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