Crear una nueva personalidad implica crecimiento, implica cambiar la manera habitual en la que venía haciendo las cosas. Por eso, me gusta hacer el ejercicio de observarme sin mi propia historia. Me desapego de la identidad y de la manera de ver mi vida, y entiendo que no es la realidad, no es la verdad absoluta, sino una posibilidad entre miles.
Una vez que logro callar todos los pensamientos y estoy en presencia total, entiendo que tengo la capacidad de crear un nuevo sistema de pensamientos acorde a los resultados y a la persona en quien realmente quiero convertirme.
¿Te has detenido a observarte sin tu propia historia alguna vez?
"Hay un fenómeno que se llama «ceguera del cambio»: si no esperas algo, aunque esté en tu campo de visión, no lo vas a ver. Me ayudó a comprender que el yo es un proceso de percepción, que la forma en que las cosas me parecían en aquel momento no eran necesariamente así, y que las emociones que sentia no eran reacciones inevitables, sino construcciones de mi cerebro. Todo podía ser diferente."
